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Camino de Santiago

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El camino Francés es el de mayor relevancia histórica y de tránsito por todos los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. En él confluyen la mayoría de las vías de peregrinación europea y se caracteriza por su extraordinaria belleza y riqueza, y por su variedad de paisajes.

Teniendo en cuenta esta premisa a la hora de decidir que ruta recorrer para realizar el Camino, lo que muchos peregrinos se preguntan es sin duda, cuál es la mejor época para vivir la experiencia.

El Camino de Santiago es recorrido por cientos de miles de peregrinos cualquier día del año, pero informarse sobre cuáles son las mejores condiciones para recorrerlo, incluyendo la mejor época, nunca está demás.

La época más destacada: primavera

Las responsabilidades de nuestra vida cotidiana, no deben ser impedimento para hacer una buena organización y planificar este viaje soñado de la mejor manera. Hacer el camino Francés durante la primavera, ha sido catalogado por muchos como ventajoso y perfecto para disfrutarlo al máximo.

Las razones para hacer el camino en primavera son varias: el peregrino tiene la posibilidad de disfrutar mejor de cada etapa porque las temperaturas son mucho más agradables entre mayo y junio. No existe el calor abrasador del verano, ni el frío perturbador del invierno, que puede hacer que las cosas resulten un tanto más difíciles.

Otro aspecto de valor que influye en que mayo sea uno de los mejores meses para hacer el Camino, es que la afluencia de peregrinos es moderada. Por lo general, el mayor conglomerado ocurre en verano, cuando, entre finales de julio y agosto, las personas se encuentran en su periodo vacacional, y parten a recorrerlo justo en este periodo de tiempo.

Por lo tanto, los albergues, no solo están en pleno rendimiento, sino que hay mayor posibilidad de encontrar plazas disponibles para gozar de ellos, con lo cual, sin duda esto representa una gran ventaja.

El aspecto meteorológico no solo es positivo en el sentido de poder soportar mejor las temperaturas durante el camino, sino que, la posibilidad de hacerlo en esta época también ayuda a que el peregrino pueda descansar mejor, debido a que no necesariamente debe madrugar para iniciar un recorrido, cosa que sí debe hacerse en verano para intentar evitar las altas temperaturas del mediodía.

Verano: la fecha más escogida

El porcentaje de peregrinos que recorren el Camino durante los días de verano fácilmente puede doblar la cifra en comparación con otras épocas del año. La disponibilidad del peregrino para invertir su tiempo vacacional en esta actividad es una de las principales causas, y también, el hecho de evitar las lluvias y bajas temperaturas que pueden aparecer entre octubre y abril.

Sin embargo, la desventaja de esta época es el calor y la inmensa afluencia de peregrinos. Esto hace que aumente la dificultad de encontrar albergue a menos que se reserve previamente el alojamiento.

La recomendación es que se tenga en cuenta que la planificación y toma de medidas necesarias previas al viaje, son aspectos fundamentales para que la experiencia sea inolvidable. Incluso, hay peregrinos más arriesgados que deciden realizar el Camino en invierno, pero que tienen mayor experiencia y se han preparado para hacerlo.

Cualquier época de año es buena cuando hay buena voluntad, pero prepararse es la clave. ¡Tenlo en cuenta!